martes, 14 de septiembre de 2010

Importancia del cuento en el jardín de infantes.

 La importancia del cuento
en el Jardín de Infantes

Cómo se relaciona el lector con el cuento, con el libro, con la lectura:
No es novedoso decir que el lector comienza a formarse aun antes de aprender a leer. Sin embargo, no está de más recordarlo.

El primer contacto del/la niño/a con la literatura es a través de las canciones de cuna, es decir, a través de la literatura oral. Más tarde será el cuento narrado o leído por la madre, la abuela o algún otro ser querido. Luego prosigue en el jardín de infantes donde el libro-objeto cobra importancia material y se transforma en un juguete más al alcance de los/as nenes/as (o, por lo menos, sería deseable que así fuese) y, finalmente, llega a la lectura directa por parte del/la niño/a que comienza su alfabetización en el primer año de la EGB.

Y aunque en el nivel inicial todavía no sabe leer, el/la niño/a se acerca a los libros con curiosidad y placer y, mientras juega a que lee, va descubriendo que hay diferencia entre lo que son letras, los números o cualquier otro signo o dibujo; descubre también que no sólo hay letras, sino que éstas forman palabras y que las mismas se leen de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Sabe, además, que la fascinación del cuento que el adulto narra o lee, se escapa de ese libro que él puede hojear, tocar y sentir. Es, por lo tanto, en esta etapa inicial cuando debemos comenzar con el fomento y desarrollo de la lectura. Es entonces cuando tenemos que comprender la verdadera importancia que tiene ese contacto físico con el libro-objeto, para su formación lectora.

Ante la posibilidad de leer o narrar un cuento, las maestras se plantean algunos interrogantes tales como: para qué sirve el cuento, qué hacer con él, cómo evaluar la tarea y muchos más. Luego surge la decisión de leer o narrar el cuento elegido, que ya es una opción, puesto que el docente deberá resolver entre una forma u otra, según el momento y las circunstancias.

La mayoría de las veces, motivados por el argumento y una vez finalizada la narración (o la lectura), los nenes dibujan, pintan e inventan nuevas historias que, en ocasiones, la maestra transcribe, logrando de esta manera un texto colectivo, producido por los/as alumno/as.

Y cuando el/la niño/a ya está en condiciones de comenzar a leer por sí mismo, se hace necesario crear una situación de lectura auténtica, donde se lea con un propósito de lectura asumido por el lector porque, de lo contrario, este aprendizaje no tendrá sentido. Es por eso que es importante e imperioso que el/la alumno/a pueda incluir el proceso de apropiación de la práctica de la lectura.

Sin embargo, lo más importante al contar un cuento es el hecho de que la historia no termina con la palabra FIN. Es entonces cuando el relato se prolonga en los diálogos que se suscitan a partir de él y los/as nenes/as, sin darse cuenta, empiezan a relacionar los hechos relatados con su vida cotidiana, con su realidad inmediata y con sus propias experiencias. Y el diálogo lleva a la reflexión, al pensamiento profundo y al juicio crítico. Es un proceso que nace en el interior de cada persona y aflora a través de la expresión oral.


Pero para que todo esto suceda, la maestra tendrá que elegir cuidadosamente el cuento: que sea un texto portador de sentido. Entonces se preguntará qué criterio de selección adoptará.

El texto puede ser breve y muy sencillo, pero no por eso "simple". Con un lenguaje accesible y que pueda comprender el/la niño/a, aunque siempre introduciendo algún término nuevo que enriquezca su vocabulario.

Cabe recordar que, entre los tres y los cinco años, los/as niño/as utilizan un lenguaje reducido (lenguaje activo), pero pueden comprender mayor número de palabras de las que manejan (lenguaje pasivo). Ellos ya son capaces de enumerar los personajes y objetos que aparecen en las láminas; juegan con las palabras y disfrutan con su sonoridad; les encanta aprender nuevos vocablos y se divierten con la rima. Además desean que le cuenten el mismo cuento hasta la saciedad. Les gustan los cuentos que responden a su realidad (hogar, jardín de infantes, sus animales y juguetes). Tienen sentido del humor y se interesan por lo cómico y el absurdo. Les deleita fantasear.

Y llega el ansiado momento en que el cuento se apodera del auditorio infantil. Durante su lectura o narración, no importa que los/as nenes/as interrumpan de vez en cuando; pronto se acostumbrarán a no hacerlo si saben que tendrán la oportunidad de expresarse libremente al finalizar la historia.

Lo importante es permitirles decir lo que sienten y no inducirlos a las respuestas deseadas por el adulto. En muchas ocasiones el diálogo se transforma en un interrogatorio donde los/as nenes/as están más pendientes por complacer al docente que por decir lo que piensan y sienten; se sienten obligados a dar la respuesta que suponen es apropiada y esperada. En estos casos es el adulto quien pone las palabras en boca del/la niño/a. Y no siempre la interpretación del cuento es única o correcta porque es la que hizo la maestra. La literatura permite un plural de lecturas, ofreciendo diferentes niveles de comprensión; se puede leer y releer un texto descubriendo múltiples significados subyacentes que estimulan el juicio crítico y la sagacidad del lector, que se tornará capaz de desentrañar lo implícito.

Es por esta particularidad del texto literario que la elección del cuento resulta muy importante y nunca debe tener un significado unívoco ni un mensaje explícito; debe permitir que el chico descubra por sí mismo lo que subyace, "lo escrito entre líneas" y que se esconde en su significado más profundo. La historia debe admitir tantas interpretaciones como lectores/as accedan a ella, aunque en esta etapa los/as nenes/as todavía no tengan dominio de la lectura. Además, más allá de la formación del lector/a, el cuento es importante por el aspecto lúdico, por el juego, por el placer y, además, por la fantasía y estos "no lectores" del jardín de infantes son ya lectores en potencia o pre-lectores.

Pero no es sólo por eso que se los debe motivar con la literatura, sino porque dialogando acerca de lo que sucede en el relato y reflexionando acerca de estos hechos, los/as niño/as se acercan también a la filosofía, puesto que la práctica filosófica nace de esta manera: de la capacidad de discernir, preguntar, cuestionarse y discutir.

 www.eljardinonline.com.ar/importanciadelcuento.htm -

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